En el fútbol existen buenos momentos y malos, tragos que saben amargos y dulces, sabores y sinsabores, con todos sus matices. Pero hay un sabor que hace que cualquiera de estos momentos sea especial sin importar el resultado.
En el fútbol existen buenos momentos y malos, tragos que saben amargos y dulces, sabores y sinsabores, con todos sus matices. Pero hay un sabor que hace que cualquiera de estos momentos sea especial sin importar el resultado.